miércoles, 31 de diciembre de 2014

LUIS FRANCO

                                                 Portezuelo (Fotografía de Mariana Lucatelli)


EL MISTERIO DE CRISTAL

El misterio con tapa de cristal,
la pura libertad en desaliño
y un renaciente gozo manantial.
El genio humano, puro, está en el niño.
Creación, más que la otra, matinal.
Todo el turbión vital bajo su armiño.
Un futuro dios, cierto, está en el niño.
Como ignora la muerte es inmortal.


BENDICIÓN

Y tomando un puñado de trigo, con la unción
de los antiguos días, dije en mi corazón:
Bendito sea el gusto previo del pan seguro,
en el contento agrario como una hostia puro;
bendito sea el sol, que es servidor y rey;
bendita la criada que es gran reina, la tierra;
también la mansedumbre de los ojos del buey,
y el trabajo escondido de la lombriz de tierra;
y a más la golondrina, que amadrina la lluvia.
Bendita en cada grano, vuestra cosecha rubia,
sembradores, y vuestro vivir de hondura y calma
como un arar. Bendita la fatiga divina
que endurece las manos y que mejora el alma.


NOCTURNO Nº 3

Con hambre y sed de soledad,
a estas orillas vino mi corazón nocturno a pastorear sus penas.
Como en el puente de un barco mirando más allá de las olas y la noche.
Junto a mí, con su mano sobre mi hombro,
siempre el recuerdo con sus ojos cansados,
y todas mis lejanías, holladas o vírgenes.
Tú en mí, siempre, como una patria en el pecho de un héroe,
y mis sueños que tienen forma de ala y tienen el color de tus ojos.
Dolorida más que una carne el alma,
y el líquido rumor de la fuente que lava las calladas heridas.

Tu lejanía se aprieta sobre mi ansia y yo arañando en la hondura
quiero desengarzar para mandarte la estrella más latidora.
Viviéndote, maravillosa, en pulso y en respiro,
con la vehemente vigilia de las estrellas hasta el alba velaré tu recuerdo;

De pronto te me apareces…
¿Dónde?
Y cierro bien los ojos porque no te me vayas.
Pero no hay más que tu ausencia, la ausencia que agranda la noche.


HABLO EN NOMBRE DEL ALBA

Los pájaros no saben qué hacer con tanto cielo.
Es sólo un puro azoro el alba
de una resurrección rasgando su sudario.
El horizonte ofrece su diadema
y el menor soplo asciende a numen.

Un viento aún azul de lejanía
viene en busca del alma velera de los pájaros
que estallan sin demora en un motín de alas,
mientras el cielo empieza a sonar en sus picos
igual que el mar suena en las caracolas.

Navidad, crecimiento. Y lo viviente
con su inmortalidad de cada día.
Los pájaros no saben qué hacer con tanto cielo.
El cielo, el cielo, el cielo
proponiendo el olvido de la tierra
como los ojos de la amada
proponen el olvido de su cuerpo.

Padre árbol

Leguas brutas del campo en tu sombra se entienden.
Ablución de frescura que nos inspira el pecho,
testimonias el dios clandestino que eres.
Amo de hondura y cima: de prietas sombras, árbol,
te yergues con la altura total del mediodía,
sabiendo que tu cuarta dimensión es el pájaro.
En ti alza el campo el signo de dulzura y fuerza.
Cierras la intimidad redonda del hogar,
abres la envergadura sin fin de las banderas.
La soledad te abraza ceñida e infinita
como a mí: tu alma fresca, la mía en fiebre, en lo hondo
se sumergen buscando la dispersa armonía.
Tu equilibrio gobierna geometría oculta:
la solidez se viste con gracia de lo aéreo.
Arte nuestro: el destino final está en la música.
Trabajas más aparte que la araña hilandera.
Si el viento te vocea noticias y distancias,
tú escuchas el pausado corazón de la tierra.
Profundidad de carne es tu vida, y de alma.
Con tu ademán injertas nuestra vida en lo unánime,
presidiendo el desfile de alas y mañanas.
Comprendes el callar y latir de la noche,
tú, alzado con la pura elevación del alba;
¡y cómo nos afinas el corazón discorde!
Breve cauce del Tiempo, somos, y nada más.
Lo sabes y te quedas tranquilo. Mas no ignoras,
de veras, que lo fúnebre aborta en lo nupcial.
Y que la rosa es dogma indiscutible, sabes,
y al mundo dinastías de hermosura lo pueblan.
Tú levantas tu copa por lo total, oh padre.



Luis Leopoldo Franco nació en Belén, Catamarca, el 15 de noviembre de 1898. Poeta y ensayista fue una de las voces más potentes de la poesía del Noroeste Argentino.  En 1918 ganó el Premio de Honor en el certamen literario “Juegos Florales”, presidido por Jaimes Freyre, con su Oda Primaveral. Estudió derecho pero abandonó pronto sus estudios para volver a su tierra natal. Murió un 1 de junio de 1988, en soledad y pobreza, y próximo a cumplir sus 90 años, en un asilo de ancianos de Ciudadela, donde transcurrió sus últimos años.


domingo, 14 de diciembre de 2014

MANUEL J. CASTILLA


De COPAJIRA (1949)

La Veta
Aquí arriba está la veta,
¿la ve señor ingeniero?
A esta hora siempre parece
una víbora durmiendo.

Así como usted la ve
ella también lo está viendo.
Y aunque la destroce toda
de golpe en golpe el barreno,
mientras más se la desgaja
su cola sigue creciendo,
como que abajo ya está
viva en el nivel 300.


Aquí arriba está la veta
arrime usted su mechero,
que por quererla matar
nos vamos quedando adentro.

Aquí arriba está la veta,
¿la ve señor ingeniero?



Sueño
Madre: tu niño no sueña
porque ya es niño minero.
Téjele unos escarpines
con el hilo más risueño
para que si viene el frío
no se te haga más pequeño.

Madre: tu niño ya es hombre
y no quiere que lo veles.
Tu niño juega una ronda
de plomo y andariveles.





La Palliri
Qué trabajo más simple que tiene la palliri.
Sentada sobre el cáliz de su propia pollera,
elige con los ojos unos trozos de roca
que despedaza a golpes de martillo en la tierra.

(Un silencio nocturno le trepa por las trenzas
y oscurece la arcilla de sus manos morenas).

Qué inútil que sería decir que en sus miradas
hay un pozo de sombra y otro pozo de ausencia;
que pudo ser pastora de las nubes
y se quedó en minera,
que pudo hilar sus sueños por las cumbres
viendo bailar la rueca.

La palliri no canta
ni tampoco hila sueños.
La mirada en la tierra
y en la cabeza el cielo
de mañana y de tarde
busca sólo el silencio,
y cuando está a su lado
lo quiebra contra el suelo.

Y no sabe que a ratos, entre sus brazos recios,
se duerme el martillo como un niño de hierro.}























De CANTOS DEL GOZANTE (1972)

El Gozante
Me dejo estar sobre la tierra porque soy el gozante.
El que bajo las nubes se queda silencioso.
Pienso: si alguno me tocara las manos
se iría enloquecido de eternidad,
húmedo de astros lilas, relucientes.
Estoy solo de espaldas transformándome.
En este mismo instante un saurio me envejece y soy
leña
y miro por los ojos de las alas de las mariposas
un ocaso vinoso y transparente.
En mis ojos cobijo todo el ramaje vivo del quebracho.
De mi nacen los gérmenes de todas las semillas y los riego con rocío.
Sé que en este momento, dentro de mí,
nace el viento como un enardecido río de uñas y de
agua.
Dentro del monte yazgo preñado de quietudes furiosas.
A veces un lapacho me corona con flores blancas
y me bebo esa leche como si fuera el niño más viejo
de la tierra.
De cara al infinito
siento que pone huevos sobre mi pecho el tiempo.
Si se me antoja, digo, si esperase un momento,
puedo dejar que encima de mis ingles
amamante la luna sus colmillos pequeños.
Zorros la cola como cortaderas,
gualacates rocosos,
corzuelas con sus ángeles temblando a su costado,
garzas meditabundas
yararás despielándose,
acatancas rodando la bosta de su mundo,
todo eso está en mis ojos que ven mi propia triste
nada y mi alegría.
Después, si ya estoy muerto,
échenme arena y agua. Así regreso.



De POSESIÓN ENTRE PÁJAROS (1966)

La casa
                         A María Angélica de la Paz Lezcano
                               y a Juan Antonio Medel
Ese que va por esa casa muerta
y que en la noche por la galería
recuerda aquella tarde en que llovía
mientras empuja la pesada puerta,
ese que ve por la ventana abierta
llegar en gris como hace mucho el día
y que no ve que su melancolía
hace la casa mucho más desierta,
ese que amanecido, con el vino,
se arrima alucinado al mandarino
y con su corazón lo va tanteando,
ese ya no es, aunque parezca cierto,
es un Manuel Castilla que se ha muerto
y en esa casa está resucitando.


Manuel José Castilla (Cerrillos, 1918 - Salta 1980) , nació en la casa ferroviaria de la estación de Cerrillos . Su poesía celebratoria, identificada con el hombre, su tierra natal y la naturaleza, alcanzó su punto más alto en Copajira (1949) donde tiene como protagonistas a mineros de Bolivia. Fue uno de los fundadores del movimiento La Carpa que aglutinó a grandes poetas del NOA como Raúl Galán, Julio Ardiles Gray y María Adela Agudo, entre otros en la década de 1940. También fue periodista en los diarios El intransigente y Salta, autor de letras de canciones y recopilador de coplas folclóricas. La literatura de Castilla tuvo una amplia influencia en toda la literatura del Noroeste argentino y del interior en general, fue él el primero en introducir la poesía social en ese ámbito.

sábado, 29 de noviembre de 2014

LA POESÍA DE JUJUY: Raúl Galán



   
LA CIUDAD

En las lomas del aire, las palomas;
en las ramas del viento las retamas.
Tocando con su cuerpo cielo y ramas
Jujuy está dormido entre sus lomas.

Dios mío, me parece que te asomas
y vienes a decir cuanto nos amas
mientras Jujuy se quema entre las ramas
de un lapacho encendido por tus bromas.

Aquí mi casa está. Está mi casa
aunque no tengo casa en esta villa
¡Para que quiero casa de argamasa!

La hice con mis versos en la orilla
del río que entre peñas canta y pasa
¡Venid todos a ver, que maravilla!



¿ACASO NO HAY UN VASO DE AGUA YA?

¿Acaso no hay un vaso de agua ya,
una lágrima pobre, un padrenuestro,
un responso de pájaro,
un diálogo de hombres,
una ronda de sueños en el viento?
Palabras fantasmales y fantasmas
de sombras de palabras.
¡Qué diluvio de versos!

Ha muerto la Poesía
y están matando, ¡oh Dioses!, al silencio.



SOY DE TIERRA

Soy de tierra y de vino y de pan
y de pecado y de dolor.
En esta carne está Satán
y está la débil lágrima en que descansa Dios.



VENTANA DE SUBURBIO

¡Cómo me duele el deseo de esta lenta muchacha
que me mira con ganas la tarde del domingo!
Desde una ventana del suburbio
apacienta el humilde rebaño de sus ansias.

Mas, nada me detiene,
en un tren de látigos
yo me voy para siempre.

Percudidas mujeres que las trajina el tiempo,
extiende su reclamo improrrogable.
¡Oh, este sumiso amor que naufraga en la tarde!

¿Por qué, Señor, arrojas al desván estas niñas
que comulgan con flores de ceniza?




Raúl Galán (1913-1963) Había nacido  en Ledesma, un pequeño pueblo azucarero del interior de la provincia Jujuy (Argentina). Más tarde viajó a Tucumán donde obtuvo el título de profesor de letras en la Universidad de esta provincia. Ejerció el periodismo y la docencia, terreno en el cual se desempeñó en diversos cargos como por Ejemplo la Presidencia del Consejo General de Educación y el Rectorados del Instituto Superior del Profesorado secundario que él mismo fundara. Formó parte del grupo “La Carpa”. Su tarea periodística se repartió entre los diarios "El Orden", "La Unión" y "La Gaceta", entre otros, siendo también colaborador de las revistas “Humanitas” y "Norte" (Tucumán),  “Tarja” (Jujuy” “El Hogar” y "Mundo Argentino" de Buenos Aires.

Entre otros libros fue autor de “Se me ha perdido una niña, Carne de tierra y Canto a Jujuy. Recibió diferentes premios por su tarea cultural. 





Las fotografías que ilustran este artículo fueron extraídas de Internet
http://www.mercotour.com/San%20Salvador%20de%20Jujuy/
http://www.taringa.net/posts/arte/2982461/Jorge-Calvetti---Raul-Galan-Poetas-Jujenos.html

sábado, 15 de noviembre de 2014

MIGUEL ÁNGEL LORENZO




EXILIO

Exilio,
Es el dolor de sentir
Que se está lejos y solo;
Sangrando las manos
De tanto acariciar quimeras

Estar prisionero
Sobre tanta tierra;
Mirar el cielo,
Y ver que no es
El mismo de nuestro barrio

Esperar en vano
Aquel tren expreso,
y sabemos que nunca llegará,
Y nos convencemos entonces
Que estamos tan lejos
De la patria perdida.
Y tenemos miedo ya
De no ver nunca más
El vuelo de las golondrinas
Los rosados atardeceres,
O el rostro de aquella mujer
Que tanto amamos.

No ver nuestro árbol favorito
O la luz determinada,
del sol, y la tierra lejana.
No volver a caminar,
por esas calles y esas plazas.

Exilio:
Es la herida imaginada
De los amantes separados.
El dolor del tiempo
Y la distancia;
Entre la partida…
Y el regreso…


 EXÉGESIS

quiero encontrar, tras la mirada,
aunque los recuerdos ya lejanos,
de algún mundo imaginario,
nacidos de cristales y de sueños.

Encontrar, los sueños dorados,
Los árboles del paraíso perdido,
El mundo mágico de los niños,
Que los hombres destrozaron…

Dejando detrás de pequeñas alegrías,
Huellas hondas, de grandes dolores,
Quizás, los dioses se olvidaron,
De pintar los pájaros de colores.

También, los dioses, olvidaron,
Del perfume de las flores,
Del hambre de los niños pobres,
Y de darles a los duendes un corazón.

Nadie sabe ya, si un niño muere,
 Y cuando una madre llora su muerte,
Bajo la luz de un árbol rutilante,
Una estrella, apaga su luz un instante.

Miro el cielo, y veo gélida luna,
Y al mirarla siento, la piel mojada,
No sé, si es el rocío, o la bruma,
O era Dios, que por mí lloraba.


 IMÁGENES PERDIDAS

Un camino
De soles ausentes,
Sobre las piedras gastadas,
Algunas flores marchitas,
Deshojadas sobre el alma.

Silencios de viejos retratos,
Son los sueños que mueren,
Y quedan anclados
En marginados continentes.

Vigilia de horas sin luces,
Duendes que atrapan
Y devoran
La imagen buscada

Y vuelve la noche torturante,
Y el miedo visceral
De no encontrarlas

Duelen…
Y aún así las busco,
Imágenes lejanas,
Perdidas,
Tras algún camino,
Retorno de madrugadas
Sobre las piedras gastadas.

Imágenes perdidas
Quiero encontrarlas…



 Miguel Ángel Lorenzo había nacido en Córdoba pero terminó su vida como un santiagueño más. En el verano del año 2005 la dama de negro se lo llevó a otras geografías. Para quienes lo conocimos y disfrutamos su amistad, Miguel, un hombre como cualquiera de nosotros, fue un referente indiscutido de la poesía de Fernández. Hoy, queremos rescatarlo del olvido injusto con estos poemas de su libro Nostalgias y recuerdos.

jueves, 30 de octubre de 2014

POEMAS DE JULIO CÉSAR SALGADO




POEMAS DE JULIO CÉSAR SALGADO

REINA DEL MONTE

Mi abuela
reina del monte
punzante ìdolo quieto
esfumado de los espacios
suele pernoctar
en la copa del gran árbol
de las algarrobas


EN EL OJO DE LA VERTIENTE

SOPORTA mi dolor.
El consumo de esa muerte
lluvia tras lluvia
parada en la tormenta
como la cabeza del ave acuosa
perdida por error
en el ojo de la vertiente


AGUA DE LA PIEDRA

El remolino
escudo furioso de la piedra
sonríe
en espantosa escena de amor con
las barrancas.

En acompañamiento
las flores que adornan las avispas
le espuma que acosa los albores
del río
se hunden en los matorrales.


APARECIDA

En el monte inventor de tu
cuerpo
ciudad del amor ofrecido
jubilosamente sales
gorjeas en los escondites
pesas el agua en tu pico
y llamas.

¡Esposa!

a dónde marchas con tus frutas
para que te persigamos.
Tu gran ojo conservado en la
oscuridad
penetra en mi corazón.


 MOVIMIENTO DE LOS SOÑADORES

II

MUCHAS veces bajarás desde
el oeste
participando suavemente del
espesor de los ríos
con tu gran plumaje de sombras
floreciendo en las abras.
Alzarás tu cabeza
como invitando a las tormentas
y para recibirme
asustarás a mi amada
que yace suspendida en los
temblores del sol


Del libro AGUA DE LA PIEDRA, EDICIÓN DEL POETA, 1976

Julio César Salgado. Nació el 31 de julio de 1944 en Frías (Santiago del
Estero). Desde 1970 reside en Buenos Aires. Ha publicado “Escrito de los animales solitarios (1971), Agua de la Piedra (1976), Caja de Fuego (1983), Paisaje y otros poemas (1991), El Ave Acuática (1999); Trampa Natura (2000), Antología Poética (Universidad de Carababo-Venezuela-2008) y Doble Cielo (2010). También, parte de su tiempo lo dedica a la pintura.

sábado, 25 de octubre de 2014

LA POESÍA DE CARLOS ALBERTO ARTAYER



Giro a 180°

Y a qué viene esta forma de poema,
más inútil confesión
que ars dicendi,
cuando es norma del progreso de la especie
que la oda sea manera cotidiana,
la de pedir el diario a los vecinos
o enamorar a cualquier desprevenida.

Y justo ahora
-que la gran expectativa
tras el largo y minucioso laboreo
de palabras y sintaxis y licencias
desembocaba en el culmen de la lírica-,
se me ocurre conversar
línea tras línea,
en ilógica resultante del teorema
de la santa inspiración de los poetas.

Y por si fuera poca irreverencia,
sumo y divido
en crepúsculo y en ángel
la sabida ceremonia de estar vivo.


ACECHOS Y ASECHANZAS

Hay un sismo acechándome en tu pubis
y un aguijón de miel en tu saliva,
cela un fuego tu satinado cutis
y un mar de escalofríos tu rodilla.
Felino almíbar, bienamante púgil
que acomete con rosas instintivas;
tu piel retorna sabedora y núbil
para el asedio de la sangre viva,

y yo te espero con la red y el lazo,
o armo trampas sutiles de palabras
para encerrar tu femenil relámpago,
en un juego de acechos y asechanzas
en que el amor que caza es el cazado
y la ingle que busca, la encontrada.


ANTES, AHORA, SIEMPRE

Aquí detengo a solas mi vida
para oírte pulsar sobre mi pulso.
Y de pronto escucho cataclismos,
antiquísimos helechos verdecen
nuevamente y en aire petrificado
esta luz apoya gestos
para ser mi ademán ahora mismo.
Aquí desando mi porción de sueños
y en la mitad que soy caben los otros,
los que empezaron mi sangre alguna vez,
ensayando el futuro que hoy asumo
entre rostros en germen
y glorias demolidas por relojes perfectos.
Anudo mi cordón,
y en cada extremo el antes y el después
vuelan de mano en mano a edades sin ayer ni geografías.
Apronto aquí los labios venideros,
elaboro respuestas presentidas
y un devenir de calles,
de crepúsculos y angustias,
más cierta inconfesada esperanza
de estrenar al fin esa mañana
en que no sea menester matar un pájaro
para entender el mecanismo
de su libertad
y de su canto.


APROPIACIÓN DEL TIEMPO

Robo a tu reloj su inexorable fuga;
tus clepsidras, tus hieráticos nomones
caen devorados por la ardiente arruga
hasta el océano de los perfectos dones.

Te quiebro, tiempo; tus lágrimas enjuga.
Ahora cancelo tus graves erosiones
y transfiguro tu vértigo en oruga:
ya no puedes imponerme condiciones.

Un minuto es siempre, condensa el día
una eternidad y escucho el reclamo
de la piel que de amor se escalofría;

tiempo, inmóvil por fin tu pie de gamo,
te dejo en suspenso más allá del día
y la desnudo de urgencias y la amo


CONVICCIONES

Mientras tus manos exhalan
pequeñas golondrinas de alma
alrededor de mí,
comprendo que la vida
es una campana azul extravertida.
Ahora, apoyado en tu hombro
de cristal de tiempo
el mundo duerme confiado.
Y nada tiene ya un lugar inamovible:
abres los ojos
y provees de pájaros al cielo,
alineas los árboles, a los peces das su pan de océano
y a mí,
el gozo y el dolor correspondientes
aunque sea habitual
que la noche
reparta su sombra
entre los ciegos.

Carlos Alberto Artayer (1940). Poeta, escritor, ensayista y docente. Nació en La Banda, provincia de Santiago del Estero. Junto con Ricardo Dino Taralli fundaron la Asociación Artística y Literaria "María Adela Agudo". Integró la comisión directiva de filial santiagueña de la SADE. Ejerció la titularidad de la Dirección Municipal de Cultura de La Banda. Como docente ejerce la cátedra de Literatura Española en el IES N° 8 "Ángela de Reto". Su obra figura en diversas antologías regionales. Obtuvo varios premios, tanto en el orden nacional como en el provincial. Su poesía, de verso límpido, hondamente vivencial, posee fuertes raíces identitarias. Entre sus libros de poemas se citan: "Los que fundaron la especie", "Testimonio de humildad", "En cuatro palabras" y "Luz fabulada".

jueves, 18 de septiembre de 2014

HERNÁN ALEJANDRO LUNA FRINGES







EL HOMBRE FRAGMENTADO

El tiempo lo despojó del alma. El alma emigró agonizante a dimensiones extrañas.
Quiso recuperar su tesoro perdido. Esa alma ahora era mía.
Era él una sombra en el limbo que bajó para encontrarme de alguna manera insidiosa y sin contemplaciones.
La sombra, me pidió que le regresara su alma, yo me negué rotundamente.
Con la puesta del sol, la penumbra se inclina sobre las formas que insinúan los objetos, y parecen animarse sus proporciones, distorsionando el universo ante mis ojos contemplativos.
Vuelve a buscarme aquella presencia, que invade mi piel en su búsqueda ancestral sin misericordia.
Un día, me erguí frente a la tumba del hombre milenario, aquel que reclamaba mi alma como suya.
Le pregunté sus motivos. Una brisa suave, y luego…, algo traspasó mi cuerpo.
Comprendí que ese hombre era yo en otro tiempo.
Por algún motivo, me encontré conmigo mismo, y no tuve más respuestas que resignarme a guardar silencio.


HORAS DE PIEDRA

mis horas se evadieron sin razón
mis horas fueron pasando
tubos sin horarios
una esperas sin sentir
puedo quererte de antemano 
son hojas o besos solitarios
amores sin penurias
muertes sin recaudos
y suspiros apenas elevados
solo este vacío
y este rencor desconsolado…
mi día que se parte en dos
sin un almanaque que nos mienta
te llevas la mitad de mis labios
aguardo que regrese tu cordura


VIOLONCHELO
 
Hay una mujer bajo la lluvia, mis versos desnudan los acordes.
Un son lejano que se eleva sobre la hierba mojada, y los soles…
Un hombre que se aleja en un tranvía vaporoso, inexistente…
Un giro de la música, mis labios son tuyos, y ese aroma pendiente.


LAPSUS

1
Desde luego 
el tiempo corta
la superficial
cáscara de nuestras vidas.
Haciéndonos 
sobredimensionadamente 
humanos.
Huperinfinitamente
sensitivos,
dándonos la luz de la materia,
lapso
del conocimiento 
intransferible.
2
Aunque somos
los ladrones
de nuestro
propio destino,
vamos egoístamente
esposados.
Carnalmente unidos
a las entrañas
sensuales 
de nuestros mundos.
Y los puentes 
nos unen,
y los puentes nos separan.



HERNAN ALEJANDRO LUNA FRINGES. Poeta y narrador, vive actualmente en su pueblo natal (Frías, Santiago derl Estero. Es Profesor titulado en Historia y Geografía; Profesor Para la Enseñanza Primaria y la realizado las siguientes especializaciones postítulo: “Medio Ambiente Sociedad y Cultura”; “Educación Sexual” y “Estrategias de Resolución de Conflictos en el Aula” de la Universidad Nacional de Tucumán. Una Diplomatura Superior en “Educación Para La Salud” de la UNT. Sige estudios en Lengua y Literatura en el I.S.P.P. Nº1 de Frías (Sgo. del Estero). Ha obtenido premios y menciones nacionales y Premios Dirección de Cultura de la Ciudad de Frías Santiago del Estero, Argentina Año 1991. Fue Finalista del Concurso de poesía y narrativa, Editorial Cen literario año 2009 y 2010 (Córdoba. Arg).
Su obra literaria todavía está inédita aunque ha publicado trabajos en medios gráficos de la ciudad de Santiago del Estero, República Argentina.