martes, 29 de septiembre de 2015

POEMAS DE FERNANDA ÁLVAREZ CHAMALE (Salta)




Mi cuerpo

mi cuerpo es tímido 
cuando la luz del día 
se acerca.

presiona su peso contra la balanza
de los últimos sueños, 
se sujeta sobre los costados

obtusos de la conciencia, 
inventa una casa entre los tactos
de sus temblores tempranos.

a veces no sabemos 
qué hacer con el cuerpo,
con  la ciudad de sus rincones

extendidos.

tampoco a dónde ir para hacer durar
el movimiento áspero
que le intuimos,

sobre su espalda quieta
me pongo a llorar y a reír y a temblar,
con el ceño lleno de caprichos.

creemos que moriremos juntos,
debajo del agua de las ocasiones,
debajo de una tabla de carne humana,

debajo de las manos solas.

y mi cuerpo calla, también,
y hablamos de su silencio, en silencio,
con las manos mudas de hacer nada.



Podría

Podría tomar tu mano y apretarla y sentirme a salvo debajo de mis párpados de antagonías y deseo frágil de palabras de carne, de roce, de hambre. Y podría recorrer con la lengua de este silencio los ojos de nuestras distancias y traerte a mí con voces de amor y lucideces nocturnas. Podría pedir una vez más, un beso más, un minuto más. 

Más es la carta de la incompletud.
Pero no hay poder en las manos éstas para rezar ni para lamer ni para desaparecer.

Renuncio a la exclusividad de tu mirada,
la abandono en las quermeses de sus egoísmos necesarios
como la ventana abierta en cada amanecer.

Yo podría ser un pájaro. 
Pero soy un árbol con espaldas anchas.



Los días

hay días sin nombres.
esos también se festejan.

o se esconden, simples,
detrás de mi oreja,

o en la nariz solapada
de aire de nada de vacío.

de días que son con nosotros
a medias o totales, con tales.

así, posan, reposan, se andamian,
se estrujan, se completan, se amparan,

se anidan, se tejen,
se aclaran, se dejan.

los días

sin nombres propios
ni comunes de otros

los días
que somos

o que soy
o que somos

los días
con sus puertas metálicas
y los corredores oscuros

los días 
árboles bajo la llovizna 
sucia de las calles cálidas

los días 
detrás de mi ventana o
sobre la terraza de una letra suerte

así con los días.
los festejo, aunque los días

sin nombre
sin hambre
sin altura

aún.
con los días.



Gravedad

debajo de las hojas
que le escribo a nadie,
encontrarte como amparar.

la lengua me pasa
por la espalda y es
tu nombre áspero.

tengo dos centímetros
de amor para darte y
también mi silencio tuyo.

frisemos nuestros bordes
con los labios de hacer
palabras, haciendo nada.

quedarse quietos y húmedos
debajo de estos muros.
porque el cuerpo despide

olores
voces
y una fricción

de abajo a arriba
como el texto,
el cuerpo.

y la gravedad
en las manos
de encontrarnos.


Ucrania queda lejos, también

Ucrania queda lejos,
también Bulgaria
y Eslovenia

el avión que te tomaste,
queda lejos, también las voces
guardadas en el estómago

y el murmullo de mi cabeza
y la fiebre de ese día con el exceso
del gatorade y de cura cada 8 horas ,

la memoria del sonido de las cosas rotas,
los viajes a chilecito y a rosario
y a los poemas en la cama, quedan lejos

las tetas sueltas sobre tu pecho,
tus manos anchas sobre mi espalda,
y  los bosques de enero, quedan lejos

los mayos sin nosotros con skipe de por medio,
sueltos, como algodones de azúcar
en la laringe de las provincias distantes

tu sonrisa, ajena a mi alegría,
mi alegría sin nada de vos,
nuestras tristezas secretas

quedan lejos,
como Ucrania,
como Bulgaria

y el país de Alicia, también,
en el seso de la lengua, con sus árboles
perfumados de espejos,

queda lejos, como Eslovenia,
como yo, que quedo lejos de vos,
donde nos quedamos,

cuando cerca
tan lejos

nos quedamos


Fernanda Álvarez Chamale nació en Salta el 10 de enero de 1980. Se desempeña como docente e investigadora en la Universidad Nacional de Salta. Es Licenciada en Letras y Especialista en Ciencias Sociales; en el ámbito académico sus temas de interés se vinculan con la Lingüística y la Sociología de la Lectura y la Escritura. Se encuentra en la última etapa del doctorado en Letras en la UNCórdoba. Realiza talleres literarios para adultos mayores desde el año 2011 y, actualmente, un nuevo proyecto denominado OllaBrava: Taller experimental de lectura y escritura literaria. Publicó escasamente sus poemas, aunque participa alegre y asiduamente en los encuentros de artistas, escritores y poetas amigos. Algunos de sus poemas se encuentran en la Antología Eva decidió seguir hablando, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2009 y en la Antología Sumergible, Jujuy, 2013. Escribe porque es un pulso vital dejarse afluir en la poesía;  mejor, en los cuerpos poéticos: ese único lugar –o casi único– donde el lenguaje acontece para quitarnos no se sabe qué y, también, para darnos “algo”; ese algo.